Esta es una de las interrogantes que encontramos en la clase de Niveles de Sugestionabilidad del curso de Expertos en Hipnosis. Existen muchas maneras de cómo determinar si un paciente tiene un grado de sugestionabilidad alto o medio, esto determinará con cuanta facilidad podrá entrar bajo un estado hipnótico o no; sin embargo, ¿Entendemos lo que es una persona sugestionable?
La sugestionabilidad es la aptitud que posee una persona y que permite que este acepte y apoye ideas, hipótesis o inclusive hechos postulados por otros seres humanos, alejado de cualquier opinión personal o crítica; es decir, aquellos individuos que pueden ser influenciados fácilmente. No obstante, existen características propias para identificarlos antes de iniciar un proceso de hipnosis, el orientador del curso de Expertos en Hipnosis menciona:
“Las personas sugestionables son aquellas que tienen mucha imaginación, que hacen que la imaginación vaya por delante de todo, son las que les gustan las películas de ciencia-ficción”.
“Las que tienen mucha capacidad de concentración, los intelectuales. ¿Por qué concentración? Hemos dicho que para hacer una hipnosis no tienes que tener una dispersión, tienes que concentrarte”.
“Las personas sensibles con capacidad de empatía, aquellas que ven una película y se ponen a llorar”. Sin embargo, en este punto Jordi Sánchez agrega que debemos tener muy en cuenta lo que se entiende por empatía, debido a que muchas personas suelen denominarse muy empáticas bajo el concepto de que se preocupan por otros o desean saber qué sucede con otros seres humanos, cuando este no es el sentido real de esta sensación: “Porque ponerse en el lugar del otro es sufrir por las cosas del otro, sentir las sensaciones que siente el otro”, asegura Jordi Sánchez.
¿Cómo determinar si un paciente es sugestionable o no?
El formador, psicólogo clínico y especialista en Hipnosis asegura durante la clase que existen varias técnicas para determinar el grado de sugestionabilidad en una persona; sin embargo, comparte con sus alumnos una manera práctica y fácil de obtener, en primera instancia, esta información y es a través del análisis morfo-psicológico del rostro de la persona, específicamente su forma.
Lo que debemos analizar del rostro de la persona es su forma: aquellas triangulares tiene un 80% de probabilidades de que sea hipnotizable, las personas que tienen caras tipo hexágono o redondo cuentan con un 60% hipnotizable, luego los que tienen el rostro muy alargado (40%) y quienes tienen la cara más cuadrada (20%); sin embargo, esto es solo rasgos, no es una ciencia cierta.
No obstante, nuestro orientador añade a lo anterior que no debemos tener plena seguridad en la técnica del análisis morfo-psicológico, debido a que es muy probable que dentro de estos patrones de probabilidades nos topemos con casos totalmente opuestos. “Puede ser que nos sorprendamos y realmente sea hipnotizable, al final lo que tiene que ver con el ser humano no hay una certeza absoluta, todo es cuestión de probabilidades”, comentó el especialista de hipnosis.
La relación del Hipnoterapeuta de cara a los Niveles de Sugestionabilidad
Anteriormente mencionábamos que aquellas personas con rostros cuadrados tienen menos porcentaje de probabilidad de ser sugestionables, por lo que no significa que si nos topamos ante un paciente con estas características tengamos que salir corriendo y no atenderla. Recuerda que no debemos tener plena seguridad en esta técnica morfo-psicológica, debido a que son solo probabilidades de las cuales podemos llevarnos sorpresas.
Sin embargo, para casos de sesiones de hipnosis grupales es recomendable realizar una inducción sólo a aquellas personas con fuertes características de sugestionabilidad, esto debido a la facilidad con la que podrá alcanzar un trance en un tiempo determinado. En caso contrario, podría extenderse un poco más la sesión a causa de presentar dificultades para seguir la dirección o instrucciones que le indiquemos durante la terapia.
Consideraciones importantes que debe tener en cuenta el Hipnoterapeuta
Además de entender y conocer que existen distintos niveles de hipnotismo según la tipología de cada persona, como hipnoterapeutas, siempre debemos pensar que estamos en presencia de un paciente con fuertes índices de sugestionabilidad. De esta manera escapamos de nuestros propios patrones mentales, optimizaremos cada sesión y no demostraremos situaciones inseguras o que fomente un ambiente de desconfianza hacia el paciente.
Adicionalmente, el hipnoterapeuta deberá mantener un tono de voz adecuado, calmo y que genere un estado de tranquilidad en el paciente. En cierto sentido las palabras constituyen un alto porcentaje de importancia en el discurso que establecemos con el paciente; sin embargo, la manera en cómo transmitimos el mensaje resulta de mayor relevancia al momento de inducir hacia un estado hipnótico.
Dicho de otra manera, decir o no las palabras correctas no deben porque preocuparnos o atemorizarnos en el momento que estamos estableciendo una conexión de trance con el paciente. Es mejor recordar en todo momento de crear un ambiente agradable y confiable, que inseguridad en la persona que vamos a tratar.
Patrones mentales
Anteriormente, comentábamos de cómo el grado de sugestionabilidad o influencia en los seres humanos puede determinar el rumbo de una sesión de hipnosis; sin embargo, no podemos dejar a un lado aquellos patrones mentales que tenemos ante determinada situación ¿Te suena algo de esto?
Los patrones mentales son aquellos pre-conceptos que tenemos acerca de algo o alguien, no importa si nos demuestran lo contrario pero en nuestro cerebro está arraigado este ideal. En ciertas ocasiones puede que acertemos; sin embargo, en otras, y en su gran mayoría, solemos equivocarnos.
“Los patrones mentales son focos de ideas que al final, con una pequeña porción, das por hecho de saber la respuesta y posiblemente sea así, pero otras veces te equivocas”, explica Sánchez durante la clase. Seguido a esto, plantea a sus alumnos un ejercicio muy curioso que puedes ver en el vídeo del módulo de Patrones Mentales del Curso Experto en Hipnosis donde sin duda comprendemos cómo nuestro cerebro es capaz de trabajar.